Nunca se insistirá lo suficiente en que no sólo leemos textos sino, por sobre todo, un marco de publicación. Cuántas veces habremos elegido o, lo que viene a ser la otra cara de la moneda, dejado a un lado la lectura de tal o cual libro en razón del tamaño de la tipografía, la calidad del papel o el arte de tapa. De la misma manera, cuántos escrúpulos, no siempre injustificados, ponemos en juego al momento de desestimar el best-seller de turno. Avanzando al meollo de la cuestión: que un libro se nos venda como best-seller dispara en nosotros, experimentados lectores de Literatura, todas las alarmas de la suspicacia. Por eso un cambio de formato a veces obra milagros. La editorial Blatt & Ríos viene publicando a Lee Child, uno de los autores superventas del trhiller noir, y ese sólo cambio de piezas, quiero decir, el hecho que una notable editorial independiente edite a una estrella mundial trastoca el lugar de la lectura; al menos permite que nos acerquemos a uno de esos ladrillos que engordan los estantes de las librerías y, no menos importante, nos habilita a leer sin culpa. Encima, Lee Child no decepciona.
Todas las novelas de Child giran en torno a Jack Reacher, un ex policía militar con alma de trotamundos. Es, como dice de sí mismo en Noche caliente, “Alguien que está de paso”. Ágil e imponente, pero también capaz realizar cálculos veloces con apenas una mirada, siempre está en el ojo de la tormenta. Un tipo duro y pragmático que no busca problemas, aunque siempre llegan a él.
En Tiempo pasado hay una intriga a dos bandas. Por un lado, Reacher se dispone a realizar un viaje a dedo por Estados Unidos, un viaje épico cruzando el país en una diagonal de norte a sur. Por el otro, una pareja de canadienses se propone ir desde Saint Leonard a New York sin paradas para realizar un negocio. Ni uno ni otros llegarán a destino. Reacher, porque en una bifurcación del camino elige visitar la localidad donde vivió su padre; la pareja, debido a que tiene que realizar una parada obligada en un hotel por el mal estado del motor del auto.
Child dosifica la intriga, y si bien el lector sabe que en algún momento las dos historias van a cruzarse, no puede anticipar en qué momento lo harán. Entre la historia difusa de los orígenes familiares y la de un hotel donde anida el mal en su estado más puro, habrá tiempo para el despliegue de saberes técnicos, planes y venganzas, peleas coreografiadas en detalle y un humor irónico que delata la procedencia británica del autor. Buena parte de los elementos que componen la novela y se presentan con cuidado azar, tarde o temprano se revelarán como piezas necesarias del engranaje narrativo. Por otro lado, si la elevada cuota de testosterona garantiza su adscripción a la novela negra, los personajes femeninos pueden ser tanto más rudos o inteligentes que los masculinos. Un leve corrimiento de las convenciones del género le otorga a Child un sello distintivo.
Como esas peleas desiguales en las que habitualmente se encuentra Reacher, siempre contra tres o más rivales, la editorial Blatt&Ríos ganó los derechos de publicación en el mercado de lengua española. La coedición junto con Eterna Cadencia para asegurar la logística de distribución augura próximos volúmenes de la serie. Una condición del propio Child jugó a su favor: que las traducciones estuviesen a cargo de Aldo Giacometti. En efecto, el traductor acompaña las oscilaciones del fraseo en staccato, cuyas cláusulas resueltas característicamente luego de un punto dan cuerpo a la impronta visual del relato. Como un uppercut al mentón, Lee Child logra algo inaudito: noquea todos nuestros prejuicios. Al igual que Reacher, es implacable.
9 de octubre, 2019
Tiempo pasado
Lee Child
Traducción de Aldo Giacometti
Blatt & Ríos / Eterna Cadencia, 2019
456 págs.