Lieke Marsman nació en 1990 y su primer libro de poesía fue publicado en 2010, el segundo, en 2014. Entre 2013 y 2015 fue editora de la revista literaria Tirade y en el 2017 publica un texto híbrido, en el que conviven el ensayo, la prosa y traducciones, cuyo título en castellano podría ser Lo opuesto de una persona. En 2018 edita, de nuevo un posible título en castellano, El próximo escaneo durará 5 minutos, en el que aborda la temática de la enfermedad que le es diagnosticada y el contexto social en el que le toca afrontarla. Texto que podría dialogar con el de Ann Boyer, Desmorir. Y con tantos otros. En 2021 fue nombrada poeta laureada de los Países Bajos; en 2023 publica A mi lugar. La traducción de Micaela van Muylem para Kintsugi editora permite acercarnos a esta escritora de los Países Bajos por primera vez en español.
En la primera de las tres partes en que está dividido el libro, “Esta nueva vida”, encontramos un yo que se afirma con ironías y preguntas retóricas. En el primer poema, “Estética universal”, leemos: “Al final, ¿qué es la estética universal si no / la más exitosa campaña de marketing? / ... Esa mágica belleza / que siempre se te escurre entre los dedos / y con la que cualquiera puede armarse / toda una carrera de humanidades”. Pero también se afirma al contar la relación con las cambiantes emociones a la que nos enfrenta una enfermedad: “...El médico llamó antes / de lo esperado y logró calmar / un momento los ánimos. Tranquila. De pronto / el encanto de la muerte / que da sentido a cada gesto o sonido / vuelve a ser el habitual e inquietante tic tac / de una tarde sin destino”.
Hasta ahí un yo que, podríamos decir, mira hacia adentro, pero el verso sigue y agrega una arista (“Al final / nada les viene bien a estos patéticos poetas”) que utiliza no sólo como gesto para que ese yo se piense a sí misma, sino también para arreglar cuentas con unos hombres conocedores del canon que la tildaron de patética. Fosilizaciones con las que, cuenta en una entrevista, tuvo que luchar: ser joven y mujer. Este movimiento no sólo estructura algunos poemas, también establece una relación entre ellos. Dos se titulan “Acerca del poema anterior”, que operan sustrayendo el aire, haciéndolo más denso. Así, el cuerpo enfermo se proyecta.
En la segunda parte, “Cuerpos / Cadáveres”, la mirada sobre el entorno profundiza el cuestionamiento al señalar la brutalidad con que la lucha mercantil a la que intentan acostumbrarnos, que tiene al beneficio económico como ley suprema, lo toma todo. En el poema “Resistencia” dice: “Te van a pedir / que recuperes tu libertad / comprándote una deuda”, y en “Meditación”, último poema de esta segunda parte: “la voz ya liberada de todo / tras una larga etapa / de cínica crítica social / de maldecir la mentalidad burguesa”. Pero esta voz no se detiene en la mirada cínica, también afirma que se puede decir “no”, y ahí empieza la resistencia. Así, el cuerpo enfermo se proyecta y se enfrenta.
“¡Tanto pánico palpitándote / hoy en el cuerpo! ... Estoy sentada, serena, en una canoa en Francia / ilusionada, regreso al soleado mirador / con flores”. Estos versos del poema que cierra el libro y lleva el mismo título (pertenecen a la tercera y última parte, ”La benévola laguna”) condensan el movimiento agotador de la convivencia con la enfermedad, voz que se genera y da cuenta de una convivencia que en ningún momento es complaciente. Ni con ella misma, ni con el entorno. Y este movimiento, hacia sí y hacia el afuera, del dolor a la luz, recorre todo el libro y da cuenta tanto de lo cotidiano, a través de sus estados, como también de una mirada con sentido crítico que pone en el centro el bien vivir de los Países Bajos. No sólo en sus aspectos que circundan al tratamiento del cuerpo enfermo, sino también el de sus códigos de convivencia. Así, el cuerpo enfermo se proyecta y se enfrenta reconociendo el dolor.
Y junto a ese dolor vive un impulso en búsqueda de belleza, un impulso constante, que no es arrollador sino persistente, conocedor del tiempo y de lo que éste transforma. “Todos los recuerdos en algún momento / se convierten en aromas”, dicen unos versos del último poema que me conducen a uno de James Merrill: “todas las cosas con el tiempo se hacen música” (en traducción de J.L. Clariond y A. Catalán). Quizás, estos versos, nos estén diciendo algo acerca de la sedimentación de la experiencia cuando la suave rutina de lo banal se ve amenazada, interrumpida o, por alguna razón, nos detenemos a contemplarla. Quizás, sólo nos esté mostrando que en el núcleo de ciertas sensaciones se guarda un poder expansivo que no terminamos de dimensionar y al que sólo atendemos cuando todo se desvanece.
3 de abril, 2024
A mi lugar
Lieke Marsman
Traducción de Micaela van Muylem
Kintsugi Editora, 2023
66 págs.