Las novelas de Javier Núñez recuerdan a El extranjero, de Albert Camus, e incluso a El desierto de los tártaros,de Dino Buzzati. Salvando las distancias argumentales, los personajes que compone Núñez están en la búsqueda constante de darle sentido a sus vidas o de resignificarlas a partir de un acontecimiento que los altera y transforma. En su narrativa, se recorre la vida de los hombres desde la infancia hasta la edad madura. Así, en Después del fuego, un adolescente con una niñez traumática paga las consecuencias de juntarse con las personas equivocadas; en La doble ausencia, un joven estudiante universitario trata de reconstruir la imagen que tiene de su padre a partir de un hallazgo inesperado; y en la reciente La música de las cosas perdidas, coeditada en 2022 por UNR editora y EDUVIM, un anciano es prácticamente obligado a partir en la búsqueda de su hija, de quien no sabe nada desde hace años.
Al igual que en sus novelas anteriores, Núñez nos presenta como escenario a su ciudad natal, Rosario, pero esta vez como punto de partida para el recorrido que realizarán sus protagonistas, convirtiendo a esta historia en una road novel. En un tiempo no del todo preciso, pero sin dudas contemporáneo, comienza una aventura como otras ya clásicas de los viajes por carretera, al mejor estilo de Desierto Sonoro, de Valeria Luiselli, o Cambio de Piel, de Carlos Fuentes, en las que las experiencias más íntimas de vida de los personajes se entrecruzan entre sí a lo largo del viaje, no solo a través del territorio descrito, sino también de la vida misma de los protagonistas: “Pero si después de más de mil kilómetros y varios días de viaje, Paula continúa tan lejana e inalcanzable como el día en que partieron, paradójicamente también está más cerca que nunca. Al menos para Andrade. Porque si la mañana en que Nico y su padre golpearon a su puerta Paula no era más que una memoria difusa, un eco de otra vida, una hoja antigua en el almanaque de Andrade que este, por elección o cobardía, había enterrado a la fuerza, ahora era algo que emergía otra vez para transformarse en la peor de las ausencias, la que siempre está presente”.
Uno de los grandes temas del autor es esa necesidad de reconstrucción del pasado para encontrarse en un presente que tal vez no sea el mejor, pero que ofrece el guiño de la esperanza. La música de las cosas perdidas se convierte así en la búsqueda de Paula (madre e hija) que lleva a los protagonistas (un abuelo y su nieto) a recorrer las rutas y los paisajes del noroeste argentino. Andrade es un arquitecto de renombre, docente de la Universidad Nacional de Rosario en uso de licencia por haberse hundido en un pozo depresivo, a pesar de contar con un pasado glorioso y haber sido el artífice de una obra arquitectónica que grabó su nombre entre los más prestigiosos dentro de su campo profesional. Mientras Andrade se hunde en la autocompasión y la ebriedad, cierto día aparece en su vida Nicolás, un adolescente que resulta ser su nieto, quien lo fuerza a salir de su lamentable estado para buscar a su hija, la madre del chico. “Hay vidas que parecen reducirse a un único acto, un tiempo decisivo que cifra toda una existencia. La de Andrade es una de ellas. Y el momento que le da sentido empezó cinco días atrás, cuando sonaron los golpes en la puerta y una voz al otro lado preguntó por él. Porque así fue como Andrade y el chico se conocieron y el pasado de Andrade, que a veces parece olvidado tras la bruma de los años y el sopor del alcohol, se abrió paso una vez más para instalarse en primer plano”.
Para que las novelas de Núñez estén completas, la presencia de las mujeres debe cobrar gran relevancia. En La música de las cosas perdidas, Jimena, exalumna y amante de Andrade, conduce el Chevrolet Chevy 250 Ss coupé color amarillo del año '73 que los llevará por las rutas de Argentina; Luna, una joven mochilera que se está buscando a sí misma, y a quien recogen en el camino. Ambas operan como figuras centrales, protectoras y guías de los personajes masculinos. Y por supuesto Paula o, mejor dicho, las múltiples Paulas que se figuran a lo largo de toda la historia, acaso inalcanzable tal como se la imaginan los protagonistas pero que es el hilo conductor que une a todos los personajes.
Esta cuarta novela de Javier Núñez –sin duda alguna muy cercana a La doble ausencia y a Después del fuego– es una novela intimista en la que los vínculos afectivos, las ausencias, las búsquedas y las pérdidas hacen que los personajes cobren fuerza intentando reconstruirse o reencontrarse con lo que el mundo ha hecho con ellos, para perfilarse a sí mismos a partir de aquellos quienes dejan una huella a veces, en apariencia, sin importancia.
15 de marzo, 2023
La música de las cosas perdidas
Javier Nuñez
UNR / EDUVIM, 2022
216 págs.