Nunca una vida sola, el último libro de Matías Serra Bradford, revisa una tradición que en nuestro país tuvo el impacto de los géneros fundacionales: aquella que cruza la escritura biográfica con la ensayística (y, aún más, con la crítica). El acercamiento no es bajo la lupa y el registro académico sino a partir de las libertades formales e interpretativas que aparecen en los buenos ensayos de escritor. Forma que han experimentado, claro, algunos académicos con resultados notables. Pensemos, sin ir más lejos, en Ricardo Piglia o, mejor aún, en Alberto Giordano. En ellos, la perspicacia lectora se combina con una prosa rítmica, descreída de los mandatos burocráticos.
Los textos reunidos en el volumen tienen una forma híbrida, característica de buena parte de la producción literaria contemporánea. En sus páginas conviven reseñas, semblanzas, pequeñas iluminaciones críticas y entrevistas a biógrafos. No se trata de una miscelánea ni mucho menos, ya que el libro obtiene su unidad en su objeto (las diferentes formas biográficas y autobiográficas), en la forma anfibia del ensayo y en un tono inteligente, erudito, levemente irónico, con inevitables resonancias borgeanas. Borgeana también es la apelación a leer no sólo la tradición argentina sino la occidental o, mejor dicho, salvo alguna que otra excepción notable, la anglosajona. Menos borgeano, en cambio, es el interés por la vida y obra de algunos latinoamericanos ilustres: Fernando Vallejo, Pablo de Rokha o José Donoso.
La primera sección, aquella que le da nombre al libro, está centrada en textos biográficos que integran la galaxia Borges: Mastronardi, Wilcock, Norah Borges, los textos de crítica genética de Daniel Balderston. El canon argentino personal de Serra Bradford se amplía apenas un poco más al integrar a Silvina Ocampo y a José Bianco, todos ellos outsiders de Sur. Pero el lugar central de esta primera sección está destinado a dos de los libros póstumos de Bioy Casares: el Borges y el Wilcock. Serra Bradford no disimula su fascinación ante el despliegue de malicia inteligente del autor de Ficciones, por la personalidad extravagante de Wilcock y, fundamentalmente, por las infidencias de Bioy. El autor de La invención de Morel, afirma Serra Bradford, ha creado un nuevo género: el diario como retrato ajeno. Parece vano intentar refutarlo.
El resto de las secciones del libro está integrado por un material heterogéneo que va desplegando retazos de una posible teoría fragmentaria sobre la biografía. Nunca una vida sola es generoso en sugerentes hipótesis apenas esbozadas: la ficción se dedicaría a dibujar biografías parciales, los diarios íntimos merecen un lugar diferente al de la literatura, las biografías tienen una relación estrecha con el establecimiento de un canon. En relación a esto último, es imposible no pensar en las intervenciones crítico-biográficas que, en nuestra literatura, han realizado a lo largo de su historia Leopoldo Lugones con Sarmiento, Raúl Larra con Arlt o, ya en nuestro siglo, Ricardo Strafacce con Osvaldo Lamborghini.
Siempre elegante, Serra Bradford no le escapa a la polémica. Afirma, por ejemplo, que pensar en términos de literatura nacional es un “arcaísmo conceptual” y que las críticas negativas que en los últimos años ha recibido la obra de Bioy Casares se deberían a un poco claro “clasismo invertido”. También se permite algunos juicios temerarios, como cuando afirma que José Donoso “consiguió ser un novelista más que respetable”, algo que parece, por lo menos, un tipo desafortunado de ingenio, en el que supo caer en más de una ocasión el último Borges. Sin embargo, estas invitaciones a la incomodidad y aún a la discrepancia sin atenuantes hacen más estimulantes la lectura de Nunca una vida sola.
Refiriéndose a los perfiles que Janet Malcom escribió para el New Yorker, Serra Bradford afirma que todo retrato esconde, en realidad, una operación crítica. Algo que bien puede leerse en Nunca una vida sola, volumen en el que la pincelada biográfica, el ensayo y la brevedad se conjugan para, en definitiva, ejercer una crítica sofisticada que, en su inteligencia y rigor formal, parece aspirar a la literatura.
7 de agosto, 2024
Nunca una vida sola
Matías Serra Bradford
Nube Negra / Bulk Editores, 2024
222 págs.
Crédito de fotografía: Mariana Lerner.