La presente compilación, cuyo estupendo trabajo de curaduría estuvo a cargo de Lea Hafter, tiene la virtud de combinar en un mismo volumen las dos vertientes creativas de Manuel Puig en los verdaderos comienzos de su escritura. Así, aquí nuestro autor juega su destino en la inclinación a dedicar, por un lado, su vida literaria a la creación de guiones para cine y, por otro, a internarse en aquel otro polo de atracción que luego ganaría la partida y que sería la pulsión novelesca. En su trayectoria hacia la prosa se tiende un arco llamativo en el que lo cinematográfico sigue jugando un papel de primera importancia, que culmina en sus últimos textos cortos, llamados por el editor Gli occhi di Greta Garbo, en la versión de libro (que yo mismo traduje del italiano al español, cuando intempestivamente acaeció la muerte de su autor). En rigor, puede verse que para definir mejor ese arco, su comienzo habría que fijarlo en los guiones escritos primero en inglés (publicados en Manuel Puig: Materiales iniciales para La traición de Rita Hayworth, La Plata: UNLP/Orbis Tertius, 1996); sin embargo, ellos aparecerán como un camino cerrado, dado que allí todavía no estaba en su perfecto cuerpo el autor que conoceríamos después. En cambio, es a partir de los Textos tempranos donde Puig “oye” las voces de la infancia otra vez y que lo guiarán en su próximo derrotero. Quizás como ningún otro creador argentino, entonces, Puig supo, desde este momento, distinguir cada matiz de la lengua hablada para reproducirla en sus textos literarios, como puede verse en los monólogos tan herederos de la tradición de Faulkner del segundo texto de estos Textos tempranos en los que los personajes se retratan por la forma de lo que dicen aquello que dicen. Veamos, por ejemplo, estos fragmentos de cuatro reflexiones íntimas de este nuevo diamante en estado puro que es El desencuentro y que servirá de cantera para su primera novela, cuando Carmen, Pilar, Muni y Coco les hablan a sus lectores:
“A la tarde, a eso de las seis rumbean casi todos los días al cine con el Coco que se termina los deberes a la disparada, se toma su leche el chico y se fletan al cine”.
“...y dicen que Male no le niega nada a nadies, que es más buena que las enfermeras, las guachas de mierda, de qué se las tiran, negras cursientas”.
“Y hay que saber pintarse, sobre todo las pestañas postizas son difíciles de colocar porque no hay que abusar, yo tengo ojos tan chicos que necesito agrandarlos, lo principal es colocarse algunas a los costados así te hacés ojos rasgados”
“Mamá me deja hacer lo que quiero, porque me da las guindas de las tortas y nos paramos todo lo que quiero en las vidrieras de los juguetes y a ver fotos de la comunión y de caras de risa y en la confitería Di Carlo que tiene todas las tortas más ricas...”
El “oído absoluto” de Manuel Puig empieza a funcionar aquí, entonces, como un detector del espectro socio-lingüístico multifacético que abarca desde el monólogo interior de la bulliciosa tía Carmen, a la reflexión de limitado nivel de la mucama Pilar, pasando por el discurso pretencioso de la vendedora de cosméticos Muni hasta llegar al nivel infantil de los pensamientos de Coco (personajes en ciernes de La traición de Rita Hayworth). En ese abanico lingüístico oímos, efectivamente, una nueva capacidad de expresión literaria, en la que Manuel Puig ha detectado no solo las peripecias de la lengua oral de la Argentina, sino asimismo los vericuetos de la discriminación social, así como también todo aquello que pasará por el sistema sexo-género. Por supuesto que la lucha contra la bipolaridad sexual será un territorio que aquí aparece todavía en germen, pero que, más adelante, será un rasgo definitorio de este autor, en cuyas obras los avatares políticos del país se conjugarán sutilmente con las vidas humanas a nivel no solo de la cursilería provinciana, sino en primer lugar prestando atención a los devenires femeninos o de las sexualidades disidentes.
Por otro lado, en el fundamental guión “La tajada”, que abre esta compilación, encontramos asimismo la sutil construcción de una figura artística en proceso (Nélida), cuyos contornos podrían muy bien ser una tenue alusión al surgimiento de la carrera artística de Eva Perón. En rigor, en este texto, como en otros venideros, Manuel Puig va a afilar sus herramientas de comprensión de los vaivenes políticos argentinos y de sus males estructurales, pero siempre tratando de escuchar todas las campanas, tanto lingüísticas como políticas, como sucederá después en su novela Pubis Angelical de 1979. Para llegar a esta creación, faltan todavía un poco menos de veinte años, pero la línea se va trazando sin pausa hacia la maestría de la escucha y de la capacidad de detección de los puntos clave de lo que él mismo llamará “el error argentino”.
3 de enero, 2024
Textos tempranos
Manuel Puig
Compilación y prólogo de Lea Hafter
Ediciones Bonaerenses, 2023
260 págs.