En agosto de 1939, minutos antes de que zarpara su barco de vuelta a Europa, el joven escritor polaco Witold Gombrowicz corrió explanada abajo con sus dos valijas. En Europa estalló la guerra, que en Polonia precedió la anexión soviética y Gombrowicz se quedó 24 años en Argentina. Antes había escrito un libro de cuentos y la novela Ferdydurke, que le dio fama de irreverente y vanguardista; acá escribió otras novelas, algunas obras de teatro y un prolongado Diario público donde construyó su mito y mitologizó también este país que lo acogió tan mal. Pero todo indica que Witold era casi intratable y que fueron más bien pocos los que consiguieron que se dejara querer.
Para los lectores de Mercedes Halfon, en cambio, querer a Witoldo será muy fácil. ¿Es excesivo el candor de su retrato? ¿O será que el tiempo limó las asperezas del retratado?
Extranjero en todas partes es una crónica fragmentaria, ligera y poco ambiciosa, pero se lee de un tirón y pertrecha al lector con todo lo necesario para entregarse a Gombrowicz: inspira curiosidad y ofrece el mapa básico de una experiencia y una obra. Escrito en presente como una sucesión de pequeños episodios, lo más original del libro son los episodios del presente, que a falta de reconstrucción histórica (“Es difícil decir hoy qué habrá visto Gombrowicz en ese entonces”), transmiten la distancia como un cachetazo: el antiguo Club Polaco, donde se realizó un debate “A favor o en contra de Gombrowicz” en 1954, convertido en una cervecería de Palermo; la pequeña librería en su honor, Witolda, que funciona en un departamento de Venezuela 615 ubicado junto a otro donde él durante años alquiló una habitación; la programación actual del Gran Rex, que supo tener un café donde la bohemia porteña se juntaba a fumar y jugar ajedrez.
El libro fue un encargo; Halfon no era fan de Gombrowicz antes de empezar. Dijo en una entrevista que notó lo mismo entre sus compañeros de generación, que lo conocían poco fuera de su aura de aristócrata linyera y genial. Uno de ellos soy yo: hace veinte años intenté leer Ferdydurke y el Diario en las ediciones de Seix Barral y no entré. Ahora llevo una semana hundido en ambos con fascinación y tengo que agradecérselo a ella, además de a Adriana Hidalgo que publicó la traducción de Sergio Pitol del Diario argentino, no sé si fiel pero legibilísima. Desde entonces El cuenco de plata encargó traducciones nuevas de buena parte del resto de sus libros.
Con todo, creo que cuando uno empieza a entrar en Gombrowicz tiene la impresión de que Halfon, en aras de la fluidez, acható un poco tanto esa subjetividad exuberante y melodramática que tenía él, como la singularidad del momento histórico que le tocó; y es en ese contacto que la experiencia Gombrowicz se vuelve fascinante y significativa. Ejemplo: todavía durante la guerra, lo invitan a dar una charla en casa del pintor Antonio Berni. Consigna Halfon: “La ponencia no sale del todo bien, se queja en su Diario. Todavía no domina el español”. ¡Pero Gombrowicz en su Diario dice mucho más! Vean:
“¿De qué hablaba? De la regresión de Europa, de cómo y por qué anheló el salvajismo, de cómo esta morbosa inclinación del espíritu europeo podía ser aprovechada para hacer una revisión de una cultura excesivamente desvinculada de sus bases. Pero al decirlo, yo mismo era un triste ejemplar de la regresión, una lastimosa ejemplificación...”
Hijo de la nobleza rural de un país periférico, enemigo del anquilosamiento y la solemnidad de la alta cultura, Gombrowicz llegó a Argentina cuando los valores vanguardistas estaban en su punto histórico más bajo: en esos años, hasta los comunistas querían rescatar la gran tradición europea de las manos iracundas de la horda fascista. Si hubiera llegado en los años veinte o en los sesenta, otra hubiera sido la historia. Pero entonces no hubiera llegado nunca a este país, y acaso no hubiera logrado preservar y desarrollar, en un ostracismo enteramente elegido, con la vibración de una experiencia única y abyecta, esa rebelión filosófica y vital, un poco maniquea y del todo fascinante, que lo llevó incluso a hacer una crítica todavía extraordinaria de la masculinidad.
27de septiembre, 2023
Extranjero en todas partes. Los días argentinos de Witold Gombrowicz
Mercedes Halfon
Universidad Diego Portales, 2023
159 págs.