Discurso sobre el arte de la guerra fue escrito por Wu Qi hacia el año 400 a.C. En el capítulo primero, Wu Qi relata su audiencia con Wu Hou, el fundador del Estado de Wei, y no hace falta más para trazar un linaje: Wu Qi se presenta vestido con un atuendo de la escuela confuciana y con un ejemplar de El arte de la guerra bajo el brazo.
Aunque debieron pasar tantos años para que Granica nos acercara la primera traducción al castellano, la obra de Wu Qi, al igual que la de Sun Tzu, ocupa un lugar de privilegio entre los manuales militares de la China imperial.
Bajo la forma de una larga conversación entre Wu Qi y Wu Hou, Discurso sobre el arte de la guerra repasa en apenas seis capítulos los temas centrales que deben ocupar a todo líder: la administración del Estado, el análisis de la situación del enemigo, el gobierno de las tropas, un discurso sobre el general, la gestión de los cambios y la estimulación de los oficiales y soldados.
La práctica de la guerra ya no existe del modo en que la relata Wu Qi. Hoy pareciera no importar si las tropas enemigas se quedaron sin leña y sin heno, o si se quitaron las armaduras para descansar. Sin embargo, su vigencia se revela de inmediato. En una de las notas introductorias que acompañan esta edición de Discurso sobre el arte de la guerra, Andrés Hatum y Eugenio Marchiori señalan que el pragmatismo de Wu Qi atraviesa siglos y geografías. Sus consejos tácticos y estratégicos son tan universales que podrían haber nacido de la experiencia de generales griegos como Temístocles o de grandes pensadores como Maquiavelo o Klaus Von Clausewitz. Sus lecciones se pueden trasladar a las guerras comerciales que libran las grandes compañías. También parecen asomar, apenas detrás, las bases de un sistema moderno de gobernanza.
La palabra “gobernanza” es relativamente nueva dentro del mundo globalizado. En algún momento de la década de 1990 se la habría usado por primera vez para referirse a un modo de organización del Estado que llegaba para reemplazar sistemas obsoletos basados en modelos burocráticos y gerenciales.
Una definición rápida dice que “la gobernanza es el arte de manejar sociedades y organizaciones”. Quizás sería más preciso decir que es “el arte del liderazgo público”. El modelo de gobernanza pone en el centro la calidad de un régimen político, de modo tal que mejore la vida de los ciudadanos.
Podría aventurarse que, en Discurso sobre el arte de la guerra, Wu Qi construye las bases de un sistema similar, dos mil quinientos años antes, como si la clave para administrar una tropa fuera la misma que sirve para administrar una nación. En el centro de los consejos para la guerra de Wu Qi están siempre la justicia y el dao, ese concepto intraducible que tiene algo de camino, modelo o ley. Rodrigo Cipiliano, traductor de este libro, arriesga su propia traducción para dao, alentada por las enseñanzas de Wu Qi: “el dao puede considerarse como el camino ético del líder”, dice.
No cuesta trazar una analogía con nuestro degradado poder judicial cuando Wu Qi señala que la victoria, o la buena administración, no se logra con un ejército numeroso, sino con reglas claras y horizontales, válidas por igual para todos. Dice Wu Qi: “Si las leyes y los decretos no son estrictos e imparciales, si no se mantiene la palabra acerca de los castigos y recompensas, si «el golpe de los metales» no indica parar y el tambor no indica avanzar, entonces, aunque sean un millón de soldados, ¿qué utilidad tendría?”.
La edición de Granica, una traducción directa del chino antiguo, vale también como libro objeto, conserva algunas frases destacadas (de Confucio, de Wu Qi, de Ban Chao) en el bello chino de los ideogramas, con su presencia armónica y divina. En palabras de Rodrigo Cipiliano, esos caracteres son “cofres que encierran la sabiduría de un pueblo poderoso y milenario”.
29 de diciembre, 2021
Discurso sobre el arte de la guerra
Wu Qi
Traducción y comentarios de Rodrigo Cipiliano; prefacio de Andrés Harum y Eugenio Marchiori
Granica, 2021
120 págs.