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Bruma nocturna

Mercedes Figueras


Soledad Iriarte


Aunque el título invite a pensar lo contrario, los poemas reunidos por Mercedes Figueras en Bruma nocturna dan cuenta del tránsito de una voz que evita lugares comunes. Refractarios a la impostación de un yo como centro irradiador de significaciones, y reacios por igual a la impersonalidad de los objetos librados a su antojo, los versos encuentran su centro en la oscilación de la mirada.

Escenas que se abren y cierran como un parpadeo, adivinaciones de la perspectiva. Así, escribe en "Miembro fantasma": "Como un manto geométrico, / el juego de sombras / que un velador recorta / del pulso nocturno / cercena el maniquí / que irradia / su presencia espectral / en el descanso / de la escalera". Pero el maniquí decapitado y el contraste de iluminación tienen una coda que hace tambalear lo dicho: "Lo que la sombra oculta/ no es el tajo de una ausencia/ ni la vergüenza entrevista / en los pliegues de lo visible / lo que hurta, / si lo hace, / es la dicha / de que nada falte."

No sorprende si algunos encabalgamientos chirrían o las pausas se precipitan, porque el poema es un choque de fuerzas que abarca momentos de tensión donde el verso vibra, se retuerce, apaga y renace para finalmente reposar en una expectativa flotante. El poema parece extraer un resto de aliento de cada bajada imprimiendo ese sello tan característico de Figueras de cadencia entrecortada.

Tampoco sorprenden los asomos de lirismo contenido y simbolismo vacuo: "Llevan pestañas cargadas de sal / y membrillo en los bolsillos". Basta recordar que en su primer poemario (que baraja un universo cromático inverso a este), Figueras hacía gala de un surrealismo crepuscular que abrevaba en un cauce romántico y que terminó desestimando como "empachos de adolescente". Algo de eso retorna en el presente libro de esta poeta que parece no sentirse cómoda con aquello que todo vate anhela: consolidar una voz. Eso que insiste es el impulso vital que evade radicarse en un sitio y si lo hace, es para tomar aire y seguir. Como dice en uno de los últimos poemas: "Ahí van / los de siempre / de nuevo / como por primera vez".  

29 de enero, 2020

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Bruma nocturna
Mercedes Figueras
Bajofondo, 2019
56 págs.


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