No hay escritor en lengua portuguesa, aunque podríamos extrapolar nuestro ejemplo a otras lenguas, al que le haya pesado tanto un apellido como a Fernando Pessoa (Lisboa, 1888 – Íbid, 1935), quien, según un conocidísimo motor de búsquedas, llegó a crear más de setenta y cinco personalidades referidas comúnmente como ‘heterónimos’. Esta singularidad múltiple (valga el oxímoron), o bien multiplicadora, permite comprender la característica cualitativa de ciertos materiales que, al subdividirse, no pierden una décima de su consubstancialidad.
Juego complejo el de jugar a ser otro siendo siempre el mismo, incluso en otra lengua y bajo el rigor de la métrica, pero Pessoa sabe jugarlo y efectúa en sus 35 sonetos ingleses un ejercicio de mimesis (como el de los metaphysical poets, sucedáneos de Shakespeare) y expansión (los sonetos son más que meros ejercicios de la técnica) para entregarnos lo que Esteban Torre califica como “treinta y cinco diamantes del lenguaje, tallados con tan exacta maestría, que las aristas de los sonidos y las facetas de las ideas vienen a constituir una misma y perfecta estructura”.
Fernando Pessoa por Juan Carlos Comperatore
Como en una aventura de gratuidad metafísica los sonetos se preguntan “¿qué es certeza?” y afirman “El pensamiento nubla la esperanza / de encontrar una luz en la extrañeza / que habita en el pensar”; pensar que vuelve: “El Pensamiento es ciego; pero sabe / qué es el ver: palpa formas y figuras”, pero para encontrar su contrapeso en la experiencia, “La mayor prueba para el pensamiento / no es pensar, es sentir esta amargura”. Podemos vislumbrar que en el joven Pessoa (los sonetos fueron publicados cuando tenía 29 años) se expresa el gen de un tiempo en el que, contrario al nuestro, las grandes preguntas tenían su peso específico, es decir, aún había una preocupación formal por cuestionar las condiciones de la época.
Sin dudas pervive en sus sonetos una noción de difuminación, de desaparición completa de una conciencia autopercibida, lo que los anglosajones denominan como self, generando una suerte de voz atemporal (“Soy más viejo que el Mundo y sus Arcanos”); este corrimiento acompaña al giro lexical idiomático y nos devuelve una experiencia de encantamiento, de puro goce de palabras encadenadas en su inmanencia.
La cuidada edición de los 35 sonetos se encuentra acompañada de dibujos, fotografías, comentarios, reflexiones, mapas e incluso una carta astral del propio Pessoa; recursos que nos acercan a su figura, siempre evasiva y múltiple, pero que no la abarcan en su completitud ya que, al igual que Álvaro de Campos y Ricardo Reis, él también es “nada”.
24 de Junio, 2020
35 sonetos ingleses
Fernando Pessoa
Traducción de Esteban Torre
Leteo, 2020
158 págs.