La poesía de Seamus Heaney a veces parece tallada sobre un tronco petrificado, dolorosa y expectante, un tronco donde el pasado se detiene definitivamente como si fuera un bloque contundente hacia donde el poeta conduce los usos de la memoria y de la palabra que las diferentes tradiciones vuelven a movilizar y recuperar de esa herencia monolítica. Cadena Humana [Human Chain] es el título del último volumen de poemas de Seamus Heaney (1939-2013) y se refiere al recorrido que va concatenando los acontecimientos de la vida siempre hacia la muerte, cada uno de los amores, de los quebrantos o de aquellas cosas que fueron apareciendo y huyendo fugazmente de la vida como eslabones engarzados, unos a otros. Es por ello que la memoria y la pérdida, el intento de recuperación del pasado por medio de la palabra van a ocupar un lugar central en este libro. Publicado en el año 2010 y luego de haber sufrido un infarto, Heaney parece presentar una suerte de testamento poético, no por lo terminal que tiene esta expresión, sino porque nos muestra un recorrido a través de un pasado que aún le pertenece, por un tiempo pretérito que recupera en estrofas: una parte de su infancia, las referencias a sus lecturas, incluso los ecos que representa con respecto a su propia obra. Asimismo, no debemos olvidar la presencia de los conflictos políticos de las dos Irlandas: recordemos que Heaney nació en Derry, Irlanda del Norte y que se trasladó en la década de 1970 a la República de Irlanda.
Por otra parte, como señalamos recién, quizá por sospechar que sería su último libro vemos que recupera zonas de su escritura poética, desde los temas políticos (recordemos North (1975), por ejemplo) a diferentes aspectos del mundo natural (el destacado y primer libro Death of a Naturalist de 1966). Estos motivos se organizan como una sucesión de cuadros, de imágenes, retratos de la decadencia y a veces retratos de la proximidad, de lo cotidiano y de lo visto al pasar. La memoria, como un recurso necesario, permite preguntarnos con respecto a estos poemas, ¿qué es el pasado?, ¿qué es lo que es posible recordar? Incluso, siendo más radicales, ¿podemos recordar?
Los recuerdos del yo poético se detienen a veces en la niñez y en las actividades rurales de la campiña irlandesa lo cual deviene en una metáfora de la actividad del poeta. Si leemos el segundo poema bajo el título “Desacoplados” veremos un paisaje que lucha entre la naturaleza y la modernidad, donde el ruido de los motores se superpone al rugido, la vida a la agonía. Asimismo, el recuerdo recompone un paisaje determinado por una geografía particular. Una naturaleza que se despliega frente a los ojos del poeta y que se va incorporando a través de la palabra:
Entre brezo y caléndula,
entre esfagno y botón de oro,
entre diente de león y escobilla,
entre nomeolvides y madreselva,
como entre azul puro y nube,
entre pajar y sol poniente,
entre roble y tejado,
yo tuve mi existencia. Estuve ahí.
Yo en mi lugar y el lugar en mí. (“Un herbario”)
En el caso de “Los campos de la ribera”, una sucesión de imágenes no sólo conforman un paisaje “que está atravesando Beck Park a partir de Grove Hill / y cruzando Long Rigs hasta llegar a la ribera...”, sino que también esboza una suerte de entrelazamiento del paisaje irlandés con su lectura de la Eneida en la colección de clásicos Loeb y su propia traducción del texto latino, lo que implica no sólo una yuxtaposición de temporalidades, sino también la inclusión de una serie de reflexiones sobre la noción de traducción. Otras referencias a obras clásicas aparecerán en varios poemas de este período como “Ruta 110” o “Loughanure”, lo cual también devendrá en una búsqueda poética relacionada con las distintas tradiciones que, de un modo u otro, constituyeron la cultura en la isla.
La Irlanda de la niñez, la de los conflictos, la memoria del cuerpo, la Irlanda familiar entre tantas otras referencias, es el espacio del pasado y es lo que constituye un presente en el verso poético. Es decir, el pasado se irá conformando a partir de un sujeto que no sólo recuerda y escribe, sino que entrelaza los recuerdos con un presente y le otorga una perspectiva tanto poética como política, diáfana y crítica. Vemos en estos poemas una línea directa entre la serie de poemas y un pasado que pareciera que intenta recuperarse, pero no: es la presentación (hacer presente y actual) de una historia y, a su vez, aunque veladamente, de un conflicto entre la voz poética y la memoria, entre la lectura y los modos de concebir un sentido, entre lo íntimo que parece proyectarse hacia lo múltiple o universal. A veces es un conflicto que emerge en el espacio privado, a veces lo hace en el territorio de la política. En este aspecto vemos que la expansión desde la experiencia de lo mínimo, de las cosas cotidianas hacia formas de lo universal recupera en cierta manera, los modos de los poetas metafísicos ingleses del siglo XVII (recordemos el poema “Chanson d'Aventure” donde hace referencia a John Donne.
Este volumen de poemas muestra también una gran variedad de formas poéticas, lo cual que se muestra como un desafío para cualquier traductor. Estas formas poéticas acompañan esa extensa galería, la serie de retratos que el poeta fue deshilvanando, los trazos, el descubrimiento y la sucesión de epifanías en el herbario, los recuerdos, la posibilidad de lo múltiple que acompaña a esa palabra que añora y se expone frente a una realidad que visualiza una experiencia, pero es también una voz que pregunta y se cuestiona acerca de su lugar en la historia y en el poema. A partir de allí vemos un sujeto poético que posee una voz múltiple que expande las evocaciones para poder recuperar aquello que alguna vez fue considerado “lo propio”: la naturaleza, la vida en la campiña, el pasado irlandés y la cultura gaélica, la casa y los amigos, las lecturas y el callar, entre otros recuerdos. Incluso, si consideramos a Heaney también como traductor, vemos que tanto con “su” Eneida (a la que ya nos referimos) como con su versión del poema anglosajón Beowulf, no sólo recupera una y otra tradición, sino que encabalga dos lenguas y dos culturas para establecer un vínculo entre el pasado y el presente, sin buscar ni reconocer límites con respecto a la historia y a la cultura. Dice Heaney en su ensayo “Belfast”:
Hablo y escribo en inglés, pero no comparto totalmente las preocupaciones y perspectivas de un inglés. En seño literatura inglesa, publico en Londres, pero la tradición inglesa no es el último reducto de mi hogar. Vivo también gracias a otra fuente.
Del mismo modo esta serie de poemas que estamos comentando nos propone relaciones que son indisociables del contexto en el que cada uno de los poemas fue escrito y que recuperan una suerte de entramado múltiple de relaciones entre palabra e historia y existencia. En un escrito centrado en la poética de Patrick Kavanagh afirma citando a este poeta: “hay quien se pone a escribir versos al tuntún y acaba descubriendo que esos versos son su vida”, lo que es evidente en su propia obra poética donde cada imagen imprime nostalgia y pérdida. Parte de su vida fueron también las canciones tradicionales de Irlanda que recupera fragmentariamente, por ejemplo, en “Derry Derry Down” o la traducción de viejos poemas de la tradición gaélica irlandesa como los que reúne bajo el título “Colum Cille Cecinit” (en latín “Así cantó Colum Cille”) y cuyos subtítulos son los primeros versos en gaélico de los textos originales. Este modo de rescate en la poesía de Heaney nos habla también de una necesidad de pertenencia a una tradición y, claro está a una identidad nacional y cultural que coexiste con una visión más amplia y global de la literatura y de la poesía.
La traducción de Paula Galíndez tiende a ser precisa y sobria –pese a que hay algunas soluciones que no compartimos como en cualquier versión que podamos leer– con buenos hallazgos y una cadencia que se va transformando de poema en poema, tal como se presenta el original. Un aspecto que queremos destacar de esta edición es el glosario preparado por Galíndez e incluido al final del volumen que ofrece una serie de datos para comprender la importancia que tiene el uso de topónimos, las referencias a obras y autores tanto irlandeses como de la cultura occidental, la explicación o traducción de palabras gaélicas, etc. en la poesía de Heaney. Podemos encontrar en esta última colección el recorrido que el poeta ha deambulado como una suerte de testigo tanto de lo íntimo en lo social como del contexto socio-cultural dentro de lo personal y privado.
4 de septiembre, 2024
Cadena humana
Seamus Heaney
Traducción y glosario de Paula Galindez
Salta el Pez, 2024
106 págs.