Cursaba el año 1997 y el crítico y poeta Guillermo Saavedra, hastiado del creciente criterio comercial que contaminaba su labor como editor general del sello Taurus de Alfaguara, renunciaba definitivamente a su trabajo. Resoluto, decidió aceptar el ofrecimiento que Laura Giussani le había hecho unos pocos años atrás: conducir un programa de radio cultural –sin remuneración económica alguna– en FM La Isla. La emisión llevó el nombre de El banquete, y estuvo en el aire desde 1997 a 2005. Dieciséis años más tarde, la Biblioteca Nacional ha publicado la elaborada –y casi teatral– transcripción de un puñado de entrevistas a escritores y artistas que, en este primer volumen, se ciñe a Ricardo Piglia, Arturo Carrera, David Viñas, Ana María Shua, Daniel Divinsky, Luis Felipe Noé, Maitena Burundarena, Astor Piazzolla, Abelardo Castillo y Juana Bignozzi.
“La idea –escribe Saavedra en el prólogo– era dar el mayor espacio posible a la conversación, casi siempre maltratada en los medios audiovisuales, so pretexto de la perentoriedad del tiempo y su equívoco prestigio de oro en fuga”. Conversaciones de jugosa densidad que configuran un entrevistador que sabe afinar el oído frente al interlocutor, pero que sabe, simultáneamente, cómo intervenir con contribuciones suculentas para complementar, contextualizar, opinar. Coda aparte merece la sutileza de la musicalización, seleccionada por Saavedra como diálogo con la poética, el interés o la temática cara al invitado.
Diletante ameno, Saavedra demuestra un conocimiento vasto aunque permeable. Se maneja con soltura –y con cintura– en terrenos varios. En su interés por el humor gráfico le pide a Divinsky, fundador de la mítica editorial De la Flor, que se explaye sobre Fontanarrosa, uno de los autores emblemáticos del sello; inquiere a Abelardo Castillo sobre las diferencias entre el tono narrativo y el tono dramático, y a Ricardo Piglia sobre la narración como práctica social. De la mano de Eduardo Stupía, asiduo columnista del programa, conversa con Luís Felipe Noé sobre su obra pictórica y su concepción del caos, y lo interroga respecto del clásico Antiestética, libro que el artista publicó a mediados de los '60; y junto al crítico musical Federico Monjeau, otro frecuente colaborador de El banquete, repasa una entrevista que le hiciera a Piazzolla en 1988, poco tiempo después de que el músico saliera de una operación de un cuádruple bypass.
Los intercambios se multiplican, y los autores, en un ambiente templado por la amistad (hacia el propio artista o hacia la obra), logran explayarse con tranquilidad y predisposición. Ana María Shua y su predilección por el narrador anclado en la primera persona, Arturo Carrera y su fascinación por las voces y la infancia, Juana Bignozzi y su elaboración poética del material onírico... Afirma Saavedra: “La decisión de tener un solo invitado a lo largo del programa era una apuesta a la felicidad azarosa e inmanejable de la conversación. Todo se sostenía en la convicción de que la disponibilidad de dos preciosas horas haría posible que la charla se extraviara amablemente y discurriera con la lógica impersonal de la lengua, sobrepasando el narcisismo, las reticencias y los pudores de quienes dialogan”.
Refiriéndose a la discusión, Sartre sostenía que si las partes llegaban a un acuerdo, lo que brillaba en verdad era un malentendido. Saavedra parece lograr exactamente lo contrario: que entre dos –a veces entre tres– florezca la felicidad de un encuentro; tal vez, por qué no, el asomo de un saber.
7 de diciembre, 2022
El banquete. Las mejores cincuenta entrevistas de un programa por amor al arte
Guillermo Saavedra
Biblioteca Nacional, 2021
486 págs.