El ensayo personal, curado por Irene Chikiar Bauer y publicado por la editorial Mardulce, está compuesto por dos grandes bloques. El primero es un estudio preliminar, titulado “Victoria Ocampo. Testimonios de una ensayista personal”, construido a partir del cruce que hace Chikiar Bauer entre su libro Virginia Woolf. La vida por escrito (2012) y su tesis de Maestría en Literaturas comparadas, que llevó por título Victoria Ocampo y Virginia Woolf, escritura autobiográfica, encuentros y lecturas (2014). El segundo bloque es la selección de veinticuatro ensayos de Ocampo, que hicieron parte de sus diez Series de Testimonios. Si bien, la selección y curado de Chikiar respetan el orden cronológico de las Series, desde el primer momento es evidente que esta selección responde a un objetivo, expreso ya en la introducción: la compiladora se propone cuestionar las visiones cristalizadas alrededor de la imagen de Victoria Ocampo, “sin por ello caer en la condescendencia, ni sacralizarla”. Chikiar invita a reparar en una visión más amplia de la obra ensayística de Ocampo, y en la tensión que existe entre la crítica y los lectores respecto a la figura de Victoria como ícono cultural.
Respecto a la elección de la forma, Chikiar refiere las particularidades del ensayo personal, como texto íntimo, que permite a quien escribe exponer sus ideas, reflexiones y opiniones, dejando una huella de su experiencia subjetiva. Este género implica una “poética de pensar”, distinta a la del ensayo académico, mucho más laxa y abierta, con un estilo conversacional que interpela y cautiva al lector. Este es el efecto que efectivamente se produce en la lectura, tanto del estudio preliminar, como de la compilación de ensayos, ya que comparten el mismo tono fresco y dinámico, a pesar de la gran extensión del libro.
El procedimiento es también compartido por la serie de Testimonios y la selección que hizo de ellos Chikiar Bauer. Se trata de inscribir a Victoria Ocampo en una genealogía literaria femenina, a través de la figura de Virginia Woolf ─a quien Ocampo conoció en 1934-, quien le brinda un sistema femenino de representaciones, debido a que puede proyectarse e identificarse en muchas experiencias de la escritora inglesa. A partir de esta primera gran figura femenina, los ensayos de Ocampo y la selección de la compiladora establecen una serie de relaciones que le permiten a la escritora argentina hablar de sí misma mientras habla de otras mujeres, proyectando su experiencia: Virginia, su hermana Silvina, Emily Brontë como escritora original, Gabriela Mistral como autora americana premiada, y María de Maeztu como militante de la educación femenina.
Este linaje femenino y la reflexión sobre “escribir como una mujer” que la acompañan, es presentado por Chikiar en contraste a análisis críticos como el de José Amícola (2007), retomado aquí por la compiladora, quien sostiene que Victoria Ocampo cita pocos pasajes tomados de escritoras y prefiere hacer comparecer, para reforzar el principio de autoridad, a plumas masculinas. Para Chikiar Bauer, la impronta femenina, tanto en la escritura propia como en los temas y motivos de Ocampo, es determinante para hacer un abordaje completo de su obra, ya que muchos de los ensayos incluidos en Testimonios tienen como intertexto Un cuarto propio, aunque la cita no sea expresa; a partir de allí Ocampo se apropia del texto, se identifica con las reflexiones de Woolf y expresa su preocupación e interés por el feminismo.
Por otra parte, otros de los ensayos seleccionados ponen en diálogo la figura de Ocampo con autores como Richard Hillary, Roger Caillois, por supuesto su amigo Borges –a quien se refiere como “Georgie”–, y a Julian Huxley, el entonces director de la UNESCO, a través de quien se permite defender la orientación cultural y política de la revista Sur, alineada con el pensamiento de UNESCO. Asimismo, encontramos en la compilación ensayos sobre temáticas como las institutrices, el snobismo, la relación de su casa materna con la historia nacional, y el gran motivo del feminismo; todo habla de Victoria porque está planteado desde su relación con lo conocido, con aquello “de lo que sabe”, donde habita y lo que habita en ella.
Victoria Ocampo publicó sus Series bajo el título de Testimonios, resistiéndose a denominarlos ensayos, por no parecer presuntuosa. Se presenta como vocera de una generación de mujeres a quienes denomina “autodidactas y escritoras”, y desde ese lugar reivindica su condición de americana, su género y sus experiencias de vida. Chikiar relaciona la categoría de “autodidactas” con la de “outsiders” utilizada por Virginia Woolf: mujeres que carecen de una educación formal y no tienen la posibilidad de intervenir, en el mismo plano que los hombres, en los campos social, cultural y político. Para Ocampo la verdadera emancipación de las mujeres está en la posibilidad de acceder a la educación; empoderarse es hacerse cargo de haber vivido y vivir en opresión: “Creo que somos bastantes, a pesar de todo, las que nos atrevemos a declarar que somos feministas, y que el feminismo no es sino la toma de conciencia, por la mujer, de la opresión que ha padecido y padece aún. Opresión económica, jurídica, sexual y psicológica”.
Bajo la premisa de presentar un amplio abanico de temas, cuestiones y recursos que son constantes en los Testimonios, para que el lector pueda hacerse un panorama más general de la obra de Ocampo, Chikiar nos regala una selección contundente, que muestra la originalidad en la escritura, gran capacidad argumentativa, creatividad en los pasajes más narrativos, precisión en los descriptivos y sobre todo la emotividad con la que recuerda objetos y paisajes, memorias simples, coloridas, texturadas: cartas, flores, piedras, mariposas, pequeños elementos de esa cotidianidad femenina marginalizada, donde se inscribe verdaderamente su política de la escritura.
4 de mayo, 2022
El ensayo personal
Victoria Ocampo
Introducción y selección de Irene Chikiar Bauer
Mardulce, 2021
480 págs.