Solemos acercarnos a ciertos poemas como a un oráculo, desconfiamos de su apariencia e intuimos que su enunciación esconde algo que es posible interpretar. Pero el problema con la interpretación, dice Mario Montalbetti, es que deviene en un tipo de transacción entre las palabras y algo distinto a ellas, un canje entre una forma material (el lenguaje) y otra cosa que parece esconderse debajo. Montalbetti es de los que creen que es posible “renunciar a la importancia del resto inexpresable, incanjeable del poema”, y enfrentar al lenguaje no con la realidad, sino con el lenguaje mismo.
A partir de un poema de su coterránea, la peruana Blanca Varela –una de las voces más destacadas de la poesía latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX–, Montalbetti despliega una especie de ruta, de ABC del poema, o mejor dicho, un ejemplo del modo en que es posible abordarlo.
Se trata de un poema breve, algo repetitivo, algo confuso, que lo intriga particularmente y que se encuentra en el libro Concierto animal, publicado en 1999, cuando Varela empieza a replantearse su escritura, su forma de concebir lo poético: “Creía, en ese momento, que interpretar mucho, que hacer muchas metáforas era poesía”, dirá en una entrevista. Varela ve en su apego a la metáfora y cierta imaginería un gesto juvenil, algo que la aleja de un vínculo más directo, desnudo con las cosas del mundo. Montalbetti se pregunta qué es exactamente lo que quiere decir, y emprende a partir de eso una ardua y luminosa indagación llena de descubrimientos.
Es obvio que lo que le molesta a Varela es una cierta distancia entre las palabras y las cosas, o entre las palabras y ciertos contenidos internos, o entre las palabras y otras palabras, dice Montalbetti. Pero la paradoja es que el poeta busca acortar una distancia con aquello mismo que la crea: “por un lado buscamos la inmediatez con las cosas mediante un lenguaje más directo que el de la metáfora y el símbolo pero por otro lado cualquier tipo de lenguaje es un obstáculo o, como lo observó Foucault, «el lenguaje es la distancia» que queremos acortar”.
El poema que subyuga a Montalbetti tiene apenas 13 versos, repite ocho veces la palabra “cabeza”, y contiene lo que según él es uno de los lugares más trillados de la lengua castellana (el sintagma el más crudo invierno), y una frase agramatical, “la no mí cabeza”.
A través de un largo razonamiento lógico el autor buscará desmontar la compleja –quizás falsa– antinomia “metáfora o literalidad”, “nombrar o describir”, desplegando coordenadas para acercarse a lo que a primera vista podría parecer incomprensible, o a hasta un mero capricho. Más que develar algo oculto lo que hace Montalbetti es producir sentido –sentido como dirección, no como significado– , sin aludir a otra circunstancia que no sea indagar una verdad del logos. Para eso echa mano de poetas y filósofos (Plinio el viejo, Celan, Agamben, Badiou, Foucault) de los que se sirve tanto como de la experiencia cotidiana, por ejemplo la de un conductor detenido por pasar un semáforo en rojo, a través de los cual desmonta la tautología “la ley es la ley”.
Montalbetti no busca demostrar sino más bien comprender para sí, indagar un sentido al modo del que hace su camino al andar. Compara la eclosión del poema a la de una fuerza interna, estructural, como la que hace que un ola rompa: “La indagación del poema (diferente de su interpretación) debe entenderse como el despliegue de las condiciones suficientes para observar ese rompimiento, para poder observar el extraño (y maravilloso) espectáculo de un poema convirtiéndose en lo que es”. El poema es de algún modo eso que se desprende, una instancia de “suspensión de la lengua” (Agamben), porque el significado como punto de llegada detendría el “sentido” de su avance perpetuo.
Perteneciente a la larga tradición de poetas ensayistas, Montalbetti –Profesor de Lingüística en la Universidad Católica del Perú– despliega una vez más su generosidad comunicativa, su afán de claridad que hace aparentemente fácil lo difícil –lo muy difícil–, plasmando en este ensayo una suerte de bitácora de acercamiento al poema, un libro que cualquier estudiante de literatura, cualquier crítico y aún, cualquiera poeta debería leer.
7 de agosto, 2024
El más crudo invierno. Notas a un poema de Blanca Varela
Mario Montalbetti
Caleta Olivia, 2024
102 págs.