Nadie sabe lo que puede un libro. Menos imaginarlo como desencadenante del juicio a un nazi. Esteban Buch volvió a su primer libro, El pintor de la Suiza argentina, editado en 1991 por Sudamericana y reeditado ahora por Bajo la luna, para contar lo que pudo: al narrar la biografía de Toon Maes y el silencio cómplice de la comunidad de Bariloche, terminó por ser determinante para condenar al capitán de las SS durante el nazismo Erich Priebke que, pos segunda Guerra Mundial, huyó de Alemania a la ciudad patagónica. Así surgió “Historia de un libro sobre los nazis de Bariloche”, la primera parte de esta nueva edición que en cada página tiene como música de fondo la canción que alerta: “adonde vayan los iremos a buscar”.
A sus 26 años, hijo y nieto de exiliados judíos alemanes que llegaron a Argentina en 1938, Buch decide contar la historia de Maes para resquebrajar la idea de la “Suiza argentina”, un modo comunal de compararse con el país de los Alpes y de la neutralidad, “metáfora del pacto de silencio que durante décadas permitió a los nazis vivir en la ciudad, cruzándose en la calle con familiares de víctimas de la Shoá como nosotros, los Buch”. Un ejemplo: Tomás, el padre de Esteban, compraba en la fiambrería del propio Priebke. “Hay una humanidad común” entre un ex nazi y un judío que habilitó que pudieran “rehacer su vida como un artista, como un dueño de una fiambrería, como un director de escuela alemana”: ese fue el pacto.
Maes colaboró con el nazismo como jefe de propaganda de una agrupación pro-nazi en Bélgica. Vino al país en 1950 “condenado a muerte por contumacia y desposeído de su nacionalidad belga por un tribunal de guerra”. Se instaló en Bariloche y recomenzó como artista plástico, “conocido a nivel local y regional, un artista respetado por sus pares y rodeado de alumnos”. En El pintor convive una denuncia y una introspección, una crítica a la sociedad y un análisis artístico sobre una persona que murió de viejo en un hospital argentino en 1986. Se completa con un prólogo de Osvaldo Bayer y la decisión editorial de Luis Chitarroni de sumarlo al sello.
Con una tirada de mil ejemplares y distribuido por su madre, por nombrar a Priebke en apenas unas líneas, el libro fue una punta determinante para su encierro en Roma. En una serie de Netflix, una periodista estadounidense cuenta que, investigando a los nazis en la ciudad en 1994, lo encontró en un kiosco de revistas. Rastreó a los nazis y los entrevistó en la calle para la cadena ABC. La justicia italiana enseguida pidió la extradición para juzgarlo y encerrarlo hasta su muerte. En “Historia...” narra con minucia esa cronología. Priebke no se olvidó jamás del libro de Buch.
Las dos ediciones dialogan con su época. En aquel tiempo Buch no hubiera sentido el envión para investigar “sin la experiencia histórica que representaron la transición democrática liderada por Alfonsín, el Nunca Más y la condena a las Juntas Militares”. Ahora, por un lado, se afirma como un texto ejemplar del periodismo que devino documento histórico asentado en la jurisprudencia internacional. Por el otro, se actualiza como denuncia: una reedición siempre busca futuro. Escribe: “Al terminar de escribir este texto, la distopía real que está viviendo el país nos recuerda que, tratándose de memoria, nada es definitivo”, y nos insta a “decir en todos los idiomas, pero a una sola voz, las palabras: Nunca más”. Este libro puede permitirse ese agite. Al final, firma y fecha: 24 de marzo de 2024.
11 de septiembre, 2024
El pintor de la Suiza argentina. Historia de un libro sobre los nazis en Bariloche
Esteban Buch
Bajo la luna, 2024
288 págs.
Crédito de fotografía: Sandra Cartasso.