Como sucede con los autores en vías de canonización, la producción post mortem de Ricardo Piglia ha sido profusa y promete seguir siéndolo: Teoría de la prosa y Los casos del Comisario Croce son sólo algunos ejemplos de una obra póstuma que aún parece lejos de estar cerrada. La reciente publicación de Introducción general a la crítica de mí mismo confirma a Piglia como un autor que, a siete años de su fallecimiento, aún tiene mucho que decir.
Esta Introducción general está integrada por dos secciones que dialogan entre sí. La primera, compuesta por las largas charlas que Ricardo Piglia tuvo con Horacio Tarcus en el CeDInCI. ¿El eje de las conversaciones? El devenir de la izquierda intelectual argentina desde mediados de los años sesenta hasta el alfonsinismo. Con soltura, gracia y memoria envidiables, Piglia va delineando una historia personal de sus años militantes. Por las páginas del volumen circulan los nombres de algunas publicaciones fundamentales (El escarabajo de oro, Los libros, Punto de vista), de agrupaciones políticas de lo más variopintas, y de intelectuales con los que el joven Piglia tuvo contacto (José Sazbón, Rodolfo Walsh, Beatriz Sarlo, entre tantísimos otros). La segunda sección, mucho más breve, está integrada por “textos juveniles” del propio Piglia publicados entre 1964 y 1975. No se trata, claro, de los relatos incluidos en La invasión o en Nombre Falso sino de ensayos críticos e intervenciones de valor desigual que ilustran algunas de las cuestiones mencionadas en la entrevista.
De manera inevitable, la entrevista dialoga con los dos primeros tomos de los Diarios de Emilio Renzi, cuyas entradas van de 1957 a 1975. Señala Tarcus en la introducción al volumen que estas charlas dan una versión menos estilizada de aquellos años. Podríamos añadir: por momentos las páginas de esta Introducción general.... son más frescas, como si Piglia se dejara llevar por el ritmo de una oralidad seductora, librándose de la automitologización a la que, con frecuencia, se entregó Emilio Renzi. Si Renzi por momentos se presenta como un héroe que renuncia a casi todo por la literatura, el Ricardo Piglia de estas charlas se muestra, sin solemnidades, inteligente y dicharachero, perspicaz y chismoso.
La entrevista es fecunda en hipótesis polémicas, no siempre del todo argumentadas. Algunas de ellas, ya desarrolladas en otros lados (la vanguardia como posición de lectura, por ejemplo); otras, hijas del capricho interpretativo, como cuando afirma que el giro de Walsh y Paco Urondo hacia la lucha política tuvo su origen en una crisis de creación literaria insoportable que los habría obligado a optar por un punto de fuga aliviador. Una angustia que es más fácil de imaginar en el propio Piglia que en los autores de ¿Quién mató a Rosendo? y La patria fusilada.
En la primera parte de la entrevista la figura de Rodolfo Walsh es central. En la segunda, en tanto, ese lugar lo ocupa Beatriz Sarlo. En ambos casos, la postura de Piglia es la de la distancia crítica. De Walsh, le interesa sobre todo su posicionamiento vanguardista, aunque no comparta su adhesión al peronismo ni mucho menos el abandono de la literatura; de Sarlo, valora los primeros años de Punto de Vista, criticando con saña su posterior adhesión al alfonsinismo. Sorprende, en este sentido, algún comentario que parece más afín a la sensibilidad verbal del Fogwill más pirotécnico que a la del autor de Respiración Artificial: (Sarlo) “siempre fue una mina que no es una boluda. Escribe boludeces, pero boluda no es”. Menos asertivo que en sus ensayos, con la confianza de la charla distendida, el Piglia de estas entrevistas se entrega con frecuencia a los placeres del chisme y de la frase venonosa.
Las últimas sesenta páginas del volumen incluyen una selección de “textos juveniles”. Se trata de un Piglia ensayista en estado embrionario, que poco recuerda al de Crítica y ficción o al de La Argentina en pedazos. Dos son los más interesantes: la primera versión del clásico sobre La traición de Rita Hayworth “Clase media: cuerpo y destino” y “Notas sobre Brecht”. En “Literatura y sociedad”, en tanto, puede leerse su incomodidad, no exenta de fascinación, con el peronismo. Este material, valioso para estudiosos o fans de Piglia, se presta a la lectura melancólica. Leídos a más de cuarenta años de su publicación original, en un presente en el cual la labor crítica ha sido suplantada por la indiferencia y el amiguismo, estos textos son un muestrario de años en que la reflexión intelectual estaba dispuesta, con inteligencia y fervor, a discutirlo todo.
19 de junio, 2024
Introducción general a la crítica de mí mismo. Conversaciones con Horacio Tarcus
Ricardo Piglia
Prólogo de María Moreno
Siglo XXI, 2024
224 págs.