Luna llena comienza con un ruido que se cuela por un ventanal abierto. Cuando Tetsuo despierta, le toma unos instantes reconocer la habitación que ocupa con su mujer en una residencia para la tercera edad.
Hace años que no comparten la cama, tienen camas individuales, aunque una pegada a la otra. Fue idea de Fujiko, a ella le pareció mejor así. Aunque Fujiko padece Alzhéimer todavía puede mantener conversaciones sencillas con su marido, lo reconoce, le dice “cariño”. No es igual con las hijas y las nueras, a ellas no consigue recordarlas, son parte de las cosas que se fueron enrareciendo en su cabeza. La vida se acomodó con los años, encontró su nueva rutina, hasta la mañana en que Tetsuo despierta sobresaltado, no encuentra a su mujer en la habitación y piensa que se escapó.
La realidad es apenas más tranquilizadora, le llega de boca de una enfermera: Fujiko despertó primero y no lo reconoció, miró a la cama de al lado y en lugar de ver a su marido, vio a un desconocido.
La solución de la enfermera es drástica, pero tiene el aval de la experiencia: no es la primera vez que lidian con el olvido en la residencia. “Le dije que usted es su novio, no su marido”, le explica.
Lejos de preocuparse, los hijos de la pareja sienten que la situación es romántica, la ven como una nueva oportunidad para sus padres. Saben que Fujiko no fue feliz con su matrimonio, sobre todo en la porción de la vida que les tocó vivir solos, cuando ellos formaron sus propias familias. Comienzan entonces las citas para comer dentro de la residencia, los miniconciertos, un tiempo de descubrimiento que también los confronta con las mentiras del pasado. Fujiko no recuerda nada de su matrimonio y, en cambio, recuerda todo lo que aprendió de pequeña sobre las cigarras. Es capaz de reconocerlas solo con escuchar su canto. También recuerda una aventura con un director de orquesta.
Aki Shimazaki construye un universo en expansión que se completa novela a novela, en series agrupadas en ciclos. Reclama que su obra sea leída y pensada en conjunto. En Luna llena se reconocen preocupaciones permanentes, como el pasado que vuelve para poner a prueba a sus protagonistas por segunda vez, los secretos que se esconde una pareja, aquello de lo que no se puede hablar puertas adentro, los hijos deseados y los no deseados.
Lafcadio Hearn escribió una serie de artículos sobre los “insectos músicos” de Japón que fue repartiendo en diferentes libros a lo largo de los años. La canción del arrozal (También el caracol, 2019) compila esos apuntes de observador y construye el libro que quizás soñó el propio Lafcadio, con un capítulo reservado a cada criatura: ranas, cigarras, libélulas, mariposas, luciérnagas y grillos. Impresiona la variedad de cigarras que presenta Lafcadio Hearn. Los poetas las distinguían por sus estridulaciones, aunque no siempre les resultaban agradables.
Luna llena, de Aki Shimazaki, está impregnada de esa música de las cigarras y es imposible no pensar en el delicado trabajo de Lafcadio trazando clasificaciones y taxonomías más de cien años atrás.
La primera cigarra aparece al comienzo mismo de Luna llena, cuando todavía no se han desencadenado los acontecimientos trágicos. Tetsuo acaba de despertar, todavía no notó que su mujer abandonó la habitación. Entra una brisa por la ventana. Es una kuma-zemi, una cigarra que solo canta por las mañanas. Algunas horas después, cuando se sienta bajo la sombra de un viejo olmo para pensar, recibe otra vez el canto de una cigarra. Ahora se trata de la nini-zemi, otro nombre que le enseñó Fujiko. Aparecen también minmin-zemi, abura-zemi, y más y más cigarras, saltando de página en página.
Las cigarras le confieren a la historia una mitología propia. Aki Shimazaki sabe contar la compasión, porque descubrió, escuchando a las criaturas de la naturaleza, que la vida es efímera.
Una pequeña revelación final. El título original de Luna llena poco tiene que ver con esa fórmula a la que llegaron en castellano. Aki Shimazaki escribe en francés, aunque elige títulos en japonés. En este caso, el título de su novela es Semi, literalmente, Cigarras.
8 de junio, 2022
Luna llena
Aki Shimazaki
Traducción de Javier Albiñana
Tusquets, 2022
176 págs.