La exhaustiva investigación académica, el rastreo documental, la recopilación, la clasificación y el análisis de testimonios ─orales y escritos─ y la compaginación en una prosa liviana, accesible y amena; todo esto, y más, hacen de Memorias de Leonor Acevedo de Borges, el último trabajo de Martín Hadis editado por Claridad, un material de considerable valor histórico, social y literario.
El libro se compone de once capítulos y tres apéndices que, lejos de sostener una linealidad temporal o temática, despliegan el poder de la evocación en su máximo potencial; configuran un territorio híbrido donde confluyen narraciones, imágenes, anécdotas, genealogías, fotografías, informaciones, opiniones y críticas de la madre del “más grande escritor argentino”, según Hadis. Asimismo, en las distintas páginas prevalece el poder infinito de la memoria, un horizonte ampliamente trabajado en el pensamiento occidental cuyo pionero ─o uno de ellos─ ha sido, otra vez, Artistóteles, quien en su De Memoria et Reminiscentia (uno de los tratados que componen la Parva Naturalia, edición de Gredos, 1987) sostiene que la memoria implica una condición de partida, de la irreductibilidad del tiempo que, en su devenir, deja huellas, aunque las personas no recuerdan esas huellas en sí, sino aquello que las produjo y aquí se halla, en definitiva, el misterio del tiempo, aspecto que Leonor Acevedo da a entender con sus recuerdos.
Entre los múltiples abordajes que pueden realizarse al libro, la «lectura boomerang» es una de los opciones: se presentan, en cada capítulo, innumerables notas al pie que amplían, complementan, sugieren e interrelacionan las secciones con la narración que surge de Leonor Acevedo, y el epíteto «boomerang» se apoya en la posibilidad de una lectura zigzagueante, una lectura circular o, si se quiere, una lectura cortazariana entre los capítulos y estos paratextos; esta cuestión hace que el lector pueda recorrer la superficie textual de manera progresiva, regresiva o centrípeta, es decir, hacia la interioridad misma de la página, en ese punto imaginario donde se aúna el texto con el paratexto y viceversa.
En lo que respecta a la gestación del libro, Hadis explicita que fue el resultado de más de una década de investigación académica y cuyo propósito se centró en la difusión no solo de la historia familiar de Jorge Luis Borges, sino también de la historia argentina contemporánea a los Borges, por lo que en sus páginas se recorren acontecimientos, procesos y figuras históricas de nuestro siglo XIX y XX. Esta particularidad permite concebir a Memorias de Leonor Acevedo de Borges desde la perspectiva de la «Escuela de los Annales»: la reconstrucción de la historia desde abajo donde el individuo es el protagonista, quien se va interpelando a sí mismo en el decurso de su narración, rasgo que se enriquece con la lectura y análisis del contexto, lo cual permite una amplitud de interpretaciones.
Es fundamental, en este sentido, señalar la potestad de la voz de Leonor Acevedo en la construcción de una superficie narrativa que el mismo Martín Hadis denomina matière de Borges junto a la matière de Buenos Aires: un nexo inherente que subyace en todos los ángulos por los cuales se pretenda leer la obra de Jorge Luis. De igual manera, la voz de Leonor va cimentando las capas de evocación que brinda su memoria ─exquisita, por cierto─ a través de fragmentos, retazos y refulgencias que “van brotando como agua de manantial”, exclamaría Martín Fierro, puesto que en la lectura se percibe una fluida naturalidad en la composición de los apartados, como si el lector estuviera conversando con la madre de Borges y su voz lo condujera por diferentes senderos, algunos reconfortantes, otros sinuosos, otros espinosos y otros irascibles.
En este cimentar de reminiscencias, la voz adquiere una materialidad de enorme consideración, una materialidad que se hace verbo, pero también figura, una materialidad que juega a encajar las distintas piezas biográficas de Leonor, de sus antepasados de sangre y políticos, de su marido, de sus hijos y de otros familiares que pululan en su mente, piezas que se representan como el juego del Tetris: pretenden rellenar los huecos de la memoria para luego, una vez lograda la línea, desaparecer, o sea, volcarse en la escritura como resguardo de esa voz nostálgica que desaparecerá con la persona; de aquí el enorme valor documental del libro de Hadis.
En el recorrido memorístico de Leonor, el lector adquiere una variada gama de conocimientos sobre la intimidad de la familia: sus orígenes patricios, la ascendencia europea, los Haslam, los Suárez, los Borges y los Acevedo, la infancia y la crianza de Jorge Luis y de Norah, la estadía en Europa, sus mudanzas y las casas porteñas que marcaron la literatura borgiana, su biblioteca, sus lecturas, sus amistades, su famoso accidente devenido en el cuento El Sur, la política y los personajes que hicieron historia en nuestro país son algunos ─entre muchos─ de los tópicos por los cuales la voz de Leonor nos invita a recorrer mediante la memoria, la palabra y la semblanza de tiempos pretéritos no carentes de nostalgia.
Esta voz femenina, la voz de la madre del gran escritor, habilita la lectura desde una orilla, logra que un libro sobre Borges no tenga la centralidad en el mismo Borges, sino que su perspectiva se ubique en una orilla, la materna, para asir desde allí toda una extensa vida de recuerdos, de memorias; si Beatriz Sarlo forjó la teoría de las orillas, una lectura orillera, para la obra de Borges en su célebre libro Borges, un escritor en las orillas (1993), Martín Hadis forjó otra lectura de las orillas, las de Leonor, y desde ellas poder entender el vasto universo borgiano. Como la misma Leonor o Alberto Manguel le leyeron a Borges, ahora Leonor le lee al lector borgeano a través de sus memorias, un juego de lecturas que engrandece la obra de Jorge Luis Borges gracias a Martín Hadis.
23 de febrero, 2022
Memorias de Leonor Acevedo de Borges
Los recuerdos de la madre del más grande escritor argentino
Martín Hadis
Claridad, 2021
304 págs.