La poesía a veces tiene la forma de una casita en medio del bosque oscuro, un refugio donde podemos mirar a los ojos a los miedos que yacen en el fondo, en lo más hondo de nuestro corazón. Un amuleto brillante es un poema y Fernanda Laguna los colecciona en Pañuelo de mocos, los comparte con nosotros y crea un puente “pasito a pasito hasta abrazar el horror/ y encontrarle un sentido”.
En este libro resuena la pregunta de para qué sirve la literatura, por qué somos poetas. La búsqueda de sentido se abre paso como una bestia bruta y demencial, corre por caminos inimaginables y reposa muchas veces en cosas más simples: un te quiero, un abrazo. Alrededor del amor “todo es potencia/ ganas/ y así se va avanzando/ hacia la construcción”. Escribir es la respuesta ante la falta de certezas; porque la esperanza y la ilusión caen como estrellas fugaces en estos poemas y su luz eterna nos cobija.
Pañuelo de mocos es un libro pasional, el pulso de las emociones guía la escritura y nos lleva a recorrer todo su mundo de duendes, hadas y orugas que crecen en capullos de plata. Los paisajes de la infancia revelan lo hermoso y lo terrorífico que conviven en una misma historia, un hilo que se extiende hacia el futuro, y más allá, la incertidumbre nos atraviesa con preguntas sobre el arte, el amor, la amistad, la salud mental. Nos preguntamos: ¿Quiénes somos? O, más bien, ¿Quiénes podríamos ser? “De niña elegí la fantasía”, dice Laguna, y sabe que existe una dimensión “hermosa e inagotable”. Cree y nos hace creer en la potencia de la imaginación, en los mundos posibles que habitan en la literatura.
Sabemos que no es fácil, cuántas veces somos nuestros propios enemigos. “Estoy en una cinta de correr /escuchando música/ contando los minutos que me acercan a mis metas”. Hay una distancia alienante que se presenta en los poemas como una angustia tenaz: “Estoy muy apurada/ corriendo para alejarme/ ¿Dónde están el presente y su luz?”, dice la poeta, y remata: “una fábrica, una gran gran fábrica/ con una sola obrera (yo)”.
¿Qué nos queda en este mundo que exige de nosotros respuestas inmediatas a infinidad de estímulos más que pararnos a buscar la belleza? Fernanda Laguna deja en claro que cualquiera puede escribir si parte de una emoción y puede hacer de sus miedos y de sus angustias una bandera, una bala de brillantina contra un mundo gris. Y si es necesario deshojamos un campo entero de margaritas hasta responder la pregunta “¿Quién va a quererme?”; y nos pedimos perdón “si todo esto feo que me digo llegara a ser verdad”.
Pañuelo de mocos editado en 2022 por Iván Rosado es un cofre lleno de tesoros donde podemos entrar en busca de una caricia, un poema amigo que nos comprenda en un día frio, una única estrella visible en la noche nublada del alma.
8 de marzo, 2023
Pañuelo de mocos
Fernanda Laguna
Iván Rosado, 2022
138 págs.