La literatura de Yasunari Kawabata (1899-1972) le confiere corporeidad a la muerte.
Si la muerte es vacío y ausencia, Kawabata elige hablar de una figura, de una entidad física. De una presencia. Kawabata piensa la muerte como algo fantasmal, como una persistencia que puede palparse.
Segundo matrimonio (Saikonsha) cuenta una historia chiquita. La "presencia de muerte", como la llama Kawabata, no necesita gestos teatrales. Le basta con lo sugerido, y con el silencio.
Al enviudar, Tokiko abandona el hogar, deja a sus dos hijos, un varón y una nena, a cargo del hermano menor de su marido difunto, que estaba soltero. Sus padres querían casarlos, y a ella no le gustaba la idea. La solución, escapar.
Cuando se casa por segunda vez, sus hijos de a poco comienzan a frecuentar la nueva casa. Con los años la relación se hace cada vez más estrecha, hasta que llega un evento a alterar la nueva rutina: su hija, Fusako, decide casarse. Agitada por la emoción de su propio matrimonio, Fusako hurga en la historia familiar, quiere recuperar una porción de aquel pasado que considera propio, aunque era demasiado pequeña para sujetar con fuerza y conservar. Tenía tres años cuando murió su padre. Ahora escarba, desentierra lo que está oculto, quiere entender los dos matrimonios de su madre. Es imposible desatender sus deseos, como si el inicio de su matrimonio y su felicidad estuvieran en juego. La pesquisa abre una grieta en el segundo matrimonio de su madre. "El muerto, con su silencio absoluto y mítico, volvía a la vida con todo su poder y pureza".
La memoria es también un viejo tema al que Kawabata vuelve a menudo, como se vuelve al hogar. La memoria, ya se sabe, no es algo confiable e inmutable, es algo libre, con distorsiones y desvanecimientos. En Segundo matrimonio la memoria y el recuerdo aparecen como deseo y demanda. La última voluntad del marido muerto no trae instrucciones para el nuevo matrimonio de Tokiko o el modo de criar a los hijos. Solo necesita saber que quedará alguien que lo recuerde. La "demanda mortuoria" se recibe como una aberración. Al fin de cuentas, "¿Qué derecho tiene el que está por morir a demandarle recuerdos al que queda vivo?".
Segundo matrimonio fue publicada por entregas en 1948, el mismo año que se publicó la primera versión completa de País de nieve, quizá la novela más importante de Kawabata.
Siempre es una buena noticia una nueva traducción de Kawabata. Todavía quedan muchas novelas y cuentos inéditos. Ningún crítico se anima a hacer un inventario exhaustivo. La edición en japonés de sus obras completas en 35 tomos tendría ausencias notables. La primera tentación es pensar que ya hemos leído mucho, que ya hemos leído lo mejor, que ya es suficiente. Sería un juicio equivocado, con Kawabata no existe la decepción. Segundo matrimonio nos brinda una sensación placentera y familiar.
Una cita para el cierre, y un comentario.
Fusako viaja en tren. Está desganada, con su hombro izquierdo inclinado, se sostiene de las agarraderas, callada, sin girar la cabeza hacia su madre. La madre ni siquiera le habla para animarla. Y entonces leemos:
"Un rayo de luz cruzaba en diagonal el vagón. Un suave tono dorado bañaba el paisaje que se diluía con el cobrizo propio del atardecer. Una conjunción de color que podía flotar por un tiempo o desaparecer de repente con la caída del sol. La mano de Fusako que se aferraba a las agarraderas quedaba envuelta en esa luz, y también su cara, mientras las pestañas se expandían como polvo".
La estética entera de Kawabata, con sus incontables tomos de novelas y cuentos, se adivina en estos pocos renglones. Ahí late el joven Kawabata, de unos veinte años, que fundó "la escuela de las nuevas sensaciones" junto a Riichi Yokomitsu, interesados en una literatura que construyera un sistema de imágenes que enfatizara la representación de las sensaciones. Su objetivo era lograr una sensación no mediada, un estado donde la percepción y el lenguaje se unificaran para posibilitar el acceso a lo auténtico. Como esa luz que entra en diagonal y envuelve a Fusako. Hay verdad y belleza en ese tono dorado que cruza el vagón y desaparece. Se trata de la poética de su adolescencia, el tiempo de rebeldía y de resistencia contra la literatura que se escribía por entonces. Tantos años después, esa búsqueda nunca cambió.
Segundo matrimonio es una historia contenida, que seguimos pensando cuando damos vuelta la última página.
23 de junio, 2021
Segundo matrimonio
Yasunari Kawabata
Traducción de Amalia Sato y Mami Goda
Emecé, 2021
104 págs.