Ciertos libros encuentran en el lamento y el dolor una fuente relativamente productiva para la escritura. Ciertos libros, de hecho, se regodean en la espinosa materia del duelo y contaminan la lectura de una experiencia que, lejos de hacer de la pena un objeto literario, la convierten en un acto –justamente– penoso. No es el caso, por suerte, de Unos ojos recién inaugurados, del editor, traductor y escritor Martín Felipe Castagnet (La Plata, 1986), un pequeño volumen editado por Vinilo que traza el perfil de una simpática abuela parlanchina, que habló con el autor cada una de las noches de sus últimos quince años de vida.
Apartado de cualquier tipo de panegírico, hagiografía, o remembranza lacrimosa, Castagnet rescata de las conversaciones telefónicas, de los audios de WhatsApp y, desde luego, de la experiencia de años y años compartida, los elementos que configuran a su abuela como el “ser favorito” de su existencia. “La abuelidad –escribe– es un parentesco con lo mejor de la progenie y ninguno de sus defectos. No hace falta poner límites, ni tampoco fuerza la convivencia. El nieto está en un estado natural de apertura; la abuela, de ofrecimiento. Yo tomé todo lo que pude, a manos llenas”.
Ya sea en medio de un encuentro nocturno entre amigos o de una fiesta; al finalizar una cena laboral o familiar, la hora de dormir se aproxima y Castagnet piensa, inevitablemente: “Está por llamar la abuela”. Si bien el pensamiento puede, aún, brotar en su conciencia, el teléfono persiste en su silencio. Es que Elsa falleció a causa de un cáncer de tiroides en 2022. Unos ojos recién inaugurados –expresión que el autor toma de Hebe Uhart– vendría a retomar, en cierta forma, esa conversación trunca y a encausarla de acuerdo con sus conveniencias y necesidades; a reunir, en definitiva, lo que la muerte ha distanciado.
Elsa vestía con cuidado y atención; se desentendía, por otra parte, de imponer cualquier tipo de orden o higiene en su inmenso caserón; ágil, vital, políglota, noctámbula, lectora compulsiva, desprejuiciada respecto de muchas de las etiquetas sociales impuestas a las mujeres, supo captar el ojo –y la palabra– de su nieto escritor, quien, consciente del peculiar histrionismo artístico de la abuela, fue subiendo durante los últimos años en su cuenta de Twitter frases e imágenes de Elsa. “Lo que me interesa de ella es su voz –afirma el autor–; no sólo las cosas que hacía, sino cómo las contaba”. Tal vez la ficción de Castagnet persiga una búsqueda imaginaria; tal vez algo de los giros, de los tonos, de la voz de Elsa, reverbere en la propia palabra literaria y encuentre allí, en el nervio de la lengua familiar, aquello que nunca debió separarse.
10 de mayo, 2023
Unos ojos recién inaugurados
Martín Felipe Castagnet
Vinilo, 2023
80 págs.
Foto de Andi Parejas