En una noche como tantas otras, la traductora Úrsula Gross se sienta a la mesa y contempla el moretón que ensombrece parte de su brazo. Se pregunta qué ha quedado de su forma original, qué dirección puede llegar a tomar, cuánto tiempo tardará en disolverse. Es uno más, uno más entre tantos otros. En su familiaridad con ellos ha llegado, incluso, a nombrarlos: “Muñeca de arena”, “Letargo”, “Llaga primaveral”. Representan los indicios más claros de la relación tóxica que tiene con su esposo, cuya violencia, como la de todo marido violento, brota furiosa en el preciso instante el que parece a punto de evanescerse. Un acontecimiento, sin embargo, dispone lo imposible, extraña lo cotidiano y, por un momento, revierte lo irreversible.
Es la tarde del 9 de julio de 2007 y en Buenos Aires –sí, en Buenos Aires– nieva. Un cambio radical sacude el espíritu del esposo: servicial, amoroso, empático, resulta, ahora, irreconocible. Su talante irradia idoneidad: la pareja perfecta para la protagonista. Este desajuste pasmoso enmarca la trama de U., la nueva novela del escritor Martín Sancia Kawamichi (Buenos Aires, 1973), que le valió el podio de finalista en el premio Clarín de 2021.
Sancia Kawamichi se distancia de cualquier clase de exhibición física de la violencia patriarcal. No le interesa, en ese sentido, el realismo del conflicto marital, explícito, sino, por el contrario, sus consecuencias. Antes que la representación del drama conyugal, sus efectos; antes que el ornamento –como se baraja en algún momento de la novela– el símbolo. No es el silencio o lo oculto, como podría creerse, lo que motoriza el trajinar novelístico, sino la incertidumbre ante un futuro que, súbitamente, ha cobrado otro cariz. No es la pregunta por la violencia pasada, sino por el modo de atravesar el presente: ¿cómo avanzará Úrsula frente a esta nueva configuración de su marido? ¿Podrá, por fin, hacerse del coraje necesario para abandonarlo? Y, más importantemente aún: ¿qué vida le espera allá afuera, luego de que la toxicidad del marido ha cercenado sus vínculos?
U. –abreviatura que cifra lo esencial del personaje– piensa en sus moretones, cierra los ojos y los pinta, ocultándolos en una carpeta que titula “Implosiones”. Son, de hecho, eso mismo: explosiones hacia dentro; explosiones de un tiempo pasado, anterior a la nieve y al marido fantásticamente reconvertido; propias del tiempo de la Úrsula víctima y condicionada. Quizá sea hora de otro tiempo, uno liberador. Tiempo de dejar el hogar. De abandonar viejas prácticas. Y de explotar, pero hacia afuera. Un moretón, escribe la protagonista, es sangre confabulando.
11 de enero, 2023
U.
Martín Sancia Kawamichi
Evaristo, 2022
188 págs.