A los 25 años, y en pleno auge del big data, Anna Wiener (Brooklyn, 1987) decide dejar su trabajo en la industria editorial en Nueva York y se encamina hacia Silicon Valley con el fin de entrar en el mundo de las startups. Un mundo donde no es extraño que, además de seguro médico y plan dental, los puestos de trabajo ofrezcan sueldos de seis cifras al año y vacaciones ilimitadas.
Wiener es una mujer formada en humanidades que desembarca en el epicentro de la revolución tecnológica sin ningún tipo de formación técnica. En Valle inquietante (Libros del Asteroide, 2022), esta crónica con aires de novela que nos llega, en español, en traducción de Javier Calvo, Wiener retrata esa particular experiencia a la vez que pinta, y muy bien, la época en la que las apps (de alquiler de vivienda, de comida, de transporte compartido y demás) empiezan a regir la vida cotidiana, y da la sensación de que la materialidad, en el mundo entero, comienza a pasar a un segundo plano.
La San Francisco en la cual recala Wiener es una ciudad en proceso de gentrificación tardía. Una ciudad atravesada por una fuerte fractura socioeconómica, donde a la par de restaurantes con estrellas Michelin hay una epidemia de familias sin hogar, producto de la suba descontrolada del costo de vida. Una ciudad donde las discusiones financieras de sobremesa (cuál será la próxima startup en cotizar en bolsa, cuál será el próximo unicornio) conviven con un florecimiento de cirujanos plásticos (que, dispuestos a captar la atención de las grandes fortunas, ofrecen la ilusión de la eterna juventud) y con el flamante hábito del uso de nootrópicos (con el objetivo de potenciar las capacidades cognitivas, en pos del rendimiento empresarial).
Con una mirada fina y atenta a los detalles, desde lo gestual hasta los códigos de vestimenta, con un tono que va de la ironía al escepticismo, Wiener pinta la transformación de una ciudad, a la vez que echa luz a la cultura de las startups, ese universo de lofts, bebidas energéticas y barras de granola donde se exige que los trabajadores sean más que meros empleados (se exige que estén “EALC” –entregados a la causa–; es decir, en plena disposición, 24/7; dándolo todo, siempre) y donde, en las oficinas, dominadas mayoritariamente por hombres blancos, proliferan el sexismo, la misoginia y la cosificación.
De la startup de libros electrónicos a la de análisis de datos, y del rol de atención al cliente al de moderación de contenidos, Wiener, en un ejercicio que parece haber implicado una especie de desdoblamiento (su cuerpo parece haber estado ahí, en esos lugares, pero su mente no (o no del todo); su mente, mientras su cuerpo estuvo ahí, parece haber estado (al menos en parte) en otro lado: quizá, pergeñando esta crónica, sentado sus bases), cuenta, entre sus experiencias por aquellos años, eventos que incluyen sprints de trabajo y comités de crisis, deep house y EDM, whisky y LSD, resacas y electrolitos, cartas astrales, nudismo y meditación silenciosa. Años intensos, ajetreados, en los que parece haber habido raptos de felicidad y liberación en ella pero que, a la vez, estuvieron signados por una serie de intentos (y fracasos) por encajar (por ser parte) y por fuertes sentimientos de soledad.
A partir de un caso particular, que puede ser análogo al de muchas mujeres en el sector tecnológico, tanto en Silicon Valley como en cualquier otro polo tecnológico de menor escala en otra parte del mundo, Wiener, en Valle Inquietante, además de su experiencia personal, retrata, básicamente, un momento bisagra en la industria tecnológica: ese en el cual los periódicos designan a periodistas en exclusiva, como corresponsales, y comienzan a tratar, de esa manera, a Google como si fuera una nueva nación, a la vez que en las empresas (en un intento por ponerse al día con una vieja asignatura pendiente) se crean departamentos dedicados a la diversidad en el ámbito laboral y se comienza a hablar activamente de género y de cupos.
Una época de incertidumbre política –a orillas de las elecciones que terminarían dando por ganador a Donald Trump– en la cual el contenido en las redes se torna más agresivo, más violento, pero no parece haber nadie realmente preparado para actuar como juez del discurso de millones de personas que se pasan la vida en internet. Una época extraña, en la cual los tecnólogos comienzan a ser conscientes del poder político que lograron acaparar a la vez que la privacidad comienza a ser motivo de discusión (las palabras “datos” y “vigilancia” comienzan a estar cada vez más relacionadas). Una época encantada, edénica, de excesos, en la cual la horda de aspirantes, visionarios y oportunistas que, en una renovada Fiebre del Oro, supo lanzarse frenéticamente rumbo al oeste, parece estar justo en el centro de una burbuja a punto de estallar.
4 de enero, 2023
Valle inquietante
Anna Wiener
Traducción de Javier Calvo
Libros del Asteroide, 2022
320 págs.