La aparición de Textos políticos, extraviados & dispersos recuerda que, como tantos de su generación, Horacio Quiroga fue fundamentalmente un escritor de revistas. Ante la irrupción de un nuevo público lector, las publicaciones periódicas fueron un medio propicio tanto para ganarse la subsistencia como para legitimarse. Además, el uruguayo aprovechó esos espacios de difusión para intervenir en discusiones políticas. ¿Quiroga escritor comprometido? Si en las últimas décadas el adjetivo no se hubiera convertido en objeto de mofa en algunos círculos prestigiosos, no habría que dudar en responder afirmativamente.
El trabajo de edición es notable. Crónicas, cuentos, reseñas y ensayos conviven en un volumen que jamás pierde su unidad ¿Qué articula textos en apariencia tan diferentes entre sí? La inquietud de un Quiroga atravesado por las tensiones ideológicas de su tiempo. El prólogo de Horacio Tarcus y las notas de Alejandro Ferrari le dan homogeneidad a un libro conformado por textos que abordan asuntos tan diversos como la Primera Guerra mundial, el amor libre o la irrupción del cine mudo.
Tarcus recupera para la tradición de izquierda a un autor que suele ser leído en clave liberal o con la asepsia con la que se abordan los clásicos escolares. Quiroga aparece en esta antología como un anarquista que supo, como tantos intelectuales de su generación, entusiasmarse con la Revolución Rusa. Una fascinación que le debió menos a las lecturas marxistas que a la crítica moral de una modernidad entregada a la mercantilización de la vida. El inicio de “Una cacería”, el relato que abre el volumen, es ilustrativo de la ética que recorre estos textos y toda la obra del uruguayo: “Llegó un momento en mi vida en que me sentí harto de la civilización, tal como la gozamos en las ciudades”. Revolución social o repliegue hacia la naturaleza: esos son los puntos de fuga que imagina Quiroga ante un presente degradado.
Los escritos recogidos en estos Textos políticos, extraviados & dispersos están fuertemente vinculados a la coyuntura política. La edición los agrupa, con acierto, de acuerdo a las publicaciones en las que aparecieron. Sorprende la diversidad de medios en los que Quiroga colaboró: las revistas masivas El hogar y Revista popular, el conservador diario La Nación, revistas de izquierda como Insurrexit o la independiente La vida literaria. Aunque le variedad formal es notable, el tono crítico del autor de “A la deriva” es constante.
El volumen incluye un puñado de cuentos de escasa o nula circulación en formato libro. “Una cacería” denuncia, con las herramientas de un realismo exasperado, la matanza de indios en Misiones; se trata de un típico relato quiroguiano que discute el presupuesto sarmientino de “civilización”. En “El compañero Iván”, Quiroga construye un breve melodrama en torno al libertario “amor libre”; el narrador no escatima adjetivos para celebrar, aún en la tragedia, a personajes que enfrentaron las convenciones morales de su época. En tanto, “Una noche de Edén” imagina un satírico diálogo telefónico con la Eva bíblica. Se trata de relatos menores comparados con los grandes cuentos del uruguayo pero que ayudan a leer su obra al dotarla de un nuevo espesor histórico y político.
Algunos textos se acercan al formato crónica. Es el caso de “Cuadros”, en donde subraya, sin temerle a los desbordes melodramáticos, los peligros de la vida urbana; en “Una carta de amor”, una anécdota anodina le sirve a Quiroga para subrayar la importancia de la experiencia para escribir. Este vitalismo también se verá en algunos de los textos de crítica literaria que integran el volumen, como “El cuento norteamericano”. En “Revisión de valores”, en tanto, se propone poner paños fríos a su entusiasmo juvenil por la literatura rusa. Pero el más sorprendente es “Asesino”, en el que más que hacer una reseña de una novela de Andreas Latzkola la reescribe y se la apropia, convirtiéndola en una narración quiroguiana.
El volumen incluye pequeños ensayos, en los que pueden leerse los vaivenes de Quiroga con respecto al devenir de la Revolución Rusa. En los más tempranos muestra un entusiasmo que, incluso, justifica la violencia revolucionaria. Entusiasmo que se irá atenuando con el correr los años, sin que por ello el autor pierda su perspectiva libertaria. Tampoco falta la discusión apenas velada con su amigo Leopoldo Lugones y con el incipiente Nacionalismo en clave fascista. “Nada separa a los pueblos, sino el Estado”, afirma en un texto de 1927.
Textos Políticos, extraviados & dispersos no solo permite conocer escritos poco conocidos de uno de los autores fundamentales de nuestra literatura. Producidos en el fervor de la coyuntura política inmediata, permiten acercarse a una faceta de Horacio Quiroga opacada por el malditismo y el canon escolar: aquella que abrazó a las ideas libertarias, en tiempos en que el adjetivo se refería a la izquierda más radical.
25 de junio, 2025
Textos políticos, extraviados & dispersos
Horacio Quiroga
Prólogo de Horacio Tarcus
Selección y notas Alejandro Ferrari
Caballo negro, 2025
158 págs.